Las ETS afectan tanto a hombres como a mujeres de todas las edades, aunque sí es cierto que estas últimas sufren los síntomas en mayor medida. Además, a pesar de que quienes las padecen presentan síntomas, existe un considerable porcentaje de asintomáticos, que tienen la capacidad de contagiar y que a largo plazo sin llevar a cabo un tratamiento pueden presentar daños irreversibles. Las embarazadas también pueden transmitir estas patologías al feto.
La enfermería juega un papel muy importante en cuanto a la educación sexual y a la prevención de las ETS, en una época en la que cada día aumenta la cifra de enfermos por ETS, quizás debido a la desinformación sobre este aspecto.
Por ello, es importante conocer los diferentes factores de riesgo que propician su aparición, así como su prevención.
FACTORES DE RIESGO
- Actividad sexual a una edad precoz
- Diversidad de parejas sexuales: el riesgo de contagio es mayor que para aquellos que tienen siempre la misma pareja.
- Relaciones sexuales sin protección: deben utilizarse siempre los preservativos de látex (u otros materiales si se es alérgico), pues otros métodos anticonceptivos (DIU, píldora) ayudan a prevenir el embarazo pero no las ETS.
- Abusar de alcohol y drogas: provocan baja percepción de riesgo e incrementan la exposición a posibles abusos o violaciones.
Al igual que con otras patologías, la prevención es esencial. Es mucho más sencillo prevenir las ETS que tratarlas. Existen numerosas formas de evitar o reducir el riesgo de sufrir ETS, algunas de las cuales son:
- Abstención: la manera más eficaz de evitarlas es no tener relaciones sexuales.
- Uso de preservativos de manera continua y eficaz: si ha decidido mantener relaciones, protéjase de contraer una posible ETS, ya que la otra persona puede estar infectada.
- Mantener una relación duradera en la que ambos solo tengan sexo entre sí y ninguno esté infectado.
- Vacunación temprana antes de la exposición sexual: existen vacunas para prevenir el virus del papiloma humano y la hepatitis B, que suelen administrarse en la infancia o durante la adolescencia.
- No abusar de alcohol y de drogas.
- Cuidar la higiene diaria de los genitales para evitar la proliferación de microorganismos.
- Realizar revisiones ginecológicas con frecuencia.
- Examinar de forma continua los órganos sexuales externos para detectar posibles alteraciones como úlceras, olores desagradables, hinchazón, etc, y si alguno de estos está presente acudir al centro de salud e informar al especialista.
- Comunicarse con la pareja e informar de ETS que se han padecido en el pasado o si se sospecha de estar infectado en ese mismo momento.
Bibliografía:
Me parece ideal que haya blogs que faciliten este tipo de información, me encanta lo bien explicado que está, espero que llegue a mucha gente!!!
ResponderEliminarInformación muy necesaria, me parece esencial que se conozca desde una temprana edad para evitar futuros problemas
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