El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es una afección crónica, que puede poner en riesgo la vida, provocada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Al dañar tu sistema inmunitario, el VIH interfiere con la capacidad de tu cuerpo para luchar contra la infección y la enfermedad.
Se puede transmitir a través de la sangre, fluidos vaginales, semen e incluso leche materna al entrar en contacto con la mucosa, tejido dañado o torrente sanguíneo.
Los síntomas son variados así como su tiempo de aparición. Los más habituales son la fiebre, tos, diarrea, ganglios linfáticos inflamados, erupciones en la piel, sensación de falta de aire...
Puede ser diagnosticado a través de pruebas de sangre o saliva. Las pruebas disponibles incluyen:
Pruebas de antígenos y anticuerpos. Estas pruebas suelen implicar la extracción de sangre de una vena.
- Análisis de anticuerpos. Estas pruebas buscan anticuerpos contra el VIH en la sangre o la saliva.
El tratamiento tiene como objetivos restablecer y preservar la funcionalidad del sistema inmunitario, mantener el nivel del virus lo más bajo posible y combatir las infecciones de manera eficaz. Así como el tratamiento es importante, también lo es la prevención:
-Usar preservativo durante las relaciones sexuales
-No consumir drogas ni compartir jeringas
-Mantener una pareja estable y no tener sexo con una persona infectada.
Bibliografía:
Muy útil
ResponderEliminarQue interesante!! Hay que dar visibilidad a este tema
ResponderEliminarUna información muy útil !!
ResponderEliminarUna información muy útil !!
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